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A más de un@ nos ha pasado que cuando estamos leyendo un texto más o menos denso inconscientemente dejamos de prestar atención a la lectura. Es decir, leemos por mecánica sin procesar la información. Ante esta situación, os proponemos la lectura activa, una técnica de estudio que nos ayuda a reforzar lo que leemos.
Se trata, como hemos apuntado, de un método que ayuda a comprender lo que se está leyendo a través del pensamiento crítico. En otras palabras, en la lectura activa, debemos pensar críticamente sobre lo que hemos leído. Es un método sencillo pero que requiere tiempo y paciencia.
La lectura activa tiene muchos beneficios, entre ellos:
Su ejecución es muy sencilla. Cada 2 o 3 párrafos nos detendremos a pensar sobre lo que hemos leído y si se ha digerido correctamente. Eso sí, antes de nada, hemos de alejarnos de cualquier distracción como la televisión, las redes sociales o el móvil y deberemos limpiar la zona de lectura para que sea cómoda y adecuada. Además, recomendamos leer el índice del libro o el resumen para saber cómo se va a estructurar el libro, el temario…etc.
Una vez preparad@s para iniciar la lectura, se pueden implementar un seguido de técnicas:
Como veis, el procedimiento es muy sencillo, cualquier persona con ganas de aprender y retarse a sí mism@ puede incluirlo en sus hábitos de estudio.