Big Data en educación, una asignatura por explotar

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La transformación digital de las empresas ha permitido el surgimiento de nuevos modelos de aprendizaje como es el caso del e-learning. Si reculamos un poco en el tiempo, concretamente en la década de los años 90, observamos cómo gracias a la informatización de los contenidos empezaron a surgir softwares que permitían estructurar toda la información digitalmente. Es aquí, donde podríamos encontrar los orígenes del Big Data, una tendencia digital que en los últimos años está cogiendo fuerza y que podemos aplicar perfectamente en el aprendizaje.

En el siguiente artículo explicamos brevemente en qué consiste el big data, por qué todo el mundo habla de él y cómo podemos aplicarlo en el aprendizaje.

¿Qué es el Big Data?

El Big Data consiste en el análisis de grandes cantidades de datos. La idea es que a través de unos algoritmos se encuentren unos patrones que nos van a permitir recolectar datos de forma más precisa y optimizando nuestros recursos. A día de hoy, muchas empresas empiezan a incorporar esta tecnología para sacar el máximo provecho a su negocio. Pongamos por ejemplo el caso de Amazon quien ejecuta perfectamente este recurso en su web a través de “los usuarios también compraron”, haciendo referencia a recomendaciones de otros productos que nos pueden interesar.

¿Por qué todo el mundo habla de él?

Porque a día de hoy generamos más información que en toda la historia de la humanidad. Las redes sociales y el usuario como generador de contenidos han propiciado a esta sobresaturación de información constante. Ante esta situación, el Big Data es necesario para cualquier empresa, ya que nos facilita información sobre el comportamiento, gustos y hobbies de nuestros seguidores/clientes o en el caso que nos ocupa, alumnos.

¿Cómo podemos aplicarlo al aprendizaje?

El Biga Data nos aporta un beneficio enorme en cuanto al aprendizaje, ya que nos permite crear una educación totalmente personalizado gracias a los datos que obtenemos de los alumnos. Algunas maneras de aplicarlo son:  

  • A través de la creación de patrones de comportamiento. Gracias a la recolección de datos podemos establecer diferentes patrones que se van repitiendo. Pongamos por caso, alumnos que preguntan más, alumnos que son más observadores, otros más analíticos, etc.
  • Adaptando las clases a los conocimientos que ya tienen los alumnos, permitiendo optimizar mejor el tiempo y no desperdiciarlo haciendo hincapié en conocimientos ya adquiridos.  
  • Obteniendo feedback constante y en tiempo real, tanto por parte de los alumnos como de los profesores.
  • Evaluando el proceso de aprendizaje a través de ejercicios, pruebas, juegos, etc.

A fin de cuentas nos encontramos delante una tecnología con mucho potencial por explotar.