...
¿Alguna vez no has dicho lo que pensabas en una reunión de trabajo y te has limitado simplemente a asentir? O, ¿no has sabido decir qué no a una cuestión en la que no estabas de acuerdo?
La asertividad en el trabajo nos puede ayudar a hacer valer nuestros derechos y opiniones en cualquier circunstancia laboral. Se trata de una forma de comunicarnos con el resto. Ahora bien, es importante encontrar un equilibrio, y tan importante es saber expresarnos sobre lo que sentimos o pensamos, como ser respetuoso y pensar en las consecuencias que se pueden llegar a generar. A continuación, compartimos algunas claves para mejorar nuestra asertividad en el trabajo.
Muchas veces nuestra baja autoestima o autoconfianza nos juega malas pasadas y hace que no digamos lo que pensamos por miedo al qué dirán o a ser juzgados. Nuestras opiniones son igual de válidas que las de cualquier otro trabajador, tenga o no un cargo mayor al nuestro. Y, por tanto, tenemos el mismo derecho a expresarnos con total libertad. A mayor seguridad, más asertivos seremos y tendremos una mejor comunicación.
A nadie le gusta que nos roben el tiempo con explicaciones que no nos interesan. Dar excesivos rodeos, explicaciones innecesarias o justificarnos son algunos de los fallos principales que cometemos cuando queremos expresarnos. Para evitarlo es clave identificar cuál es nuestro objetivo y la idea principal qué queremos comunicar.
Igual de importante es expresarnos verbalmente como hacerlo corporalmente. La mirada, el tono, la actitud, los gestos que realizamos… nos ayudarán a fortalecer nuestro mensaje y a transmitir mayor seguridad.
Y para concluir, un pequeño recordatorio. Ser asertivo no significa decir a todo que no, sino decir lo que pensamos. Hay que negarse únicamente cuando así lo creamos, de lo contrario puede llegar a ser contraproducente y nuestras opiniones pueden ser poco valoradas por carecer de criterio.